Autor:Prof. Lic. Marcelo Tolosa
Email: tolosa11.10marcelo@gmail.com
Buenos Aires,Argentina
Noviembre 2025
La antropología para abordar las situaciones de cuidado, ofrece al personal sanitario la
posibilidad de reflexionar sobre aspectos de su propia práctica profesional. La antropología en
las situaciones de cuidado se caracteriza por la inclusión de los fenómenos de salud y
enfermedad en un marco de interpretación amplio que no lo encierra a sus meros aspectos
sanitarios, sino que los contextualiza en toda su complejidad sociocultural.
Tenemos que entender que los profesionales de la salud son mediadores de dos discursos: Por
un lado el propio discurso socio-sanitario y, por el otro, el discurso que sobre salud y
enfermedad sostiene el sujeto de atención en dónde enfermería, sobre todas las demás
profesiones, mantiene un contacto más estrecho que el propio acto médico. Por todo esto el
profesional sanitario que contempla situaciones de cuidado posee una situación privilegiada
para comprender y conjugar ambos discursos. El cuidado de enfermería tal cual solemos
realizarlo hoy y en día nos limita mucho en las percepciones, las cuales son trascendentales
para una buena interpretación. Hay un conjunto de elementos que no tenemos en cuenta en
el momento de la valoración, por ejemplo, el tono de voz, las posturas, gestos o modulaciones,
todos están allí para dar vida a las palabras, sobre todo, en el momento de “escribir informes”
para redactar lo que hacemos. Esos detalles que dan vida no son trasmitidos como se
debieran.
Pero: ¿Qué pasa cuando escribimos? ¿Dónde queda la realidad de lo sucedido?
La escritura interrumpe las emociones y detiene la realidad subjetiva, sobre todo, cuando se
trata de mencionar una práctica. Estas menciones son imposibles de plasmar en los registros y
en muchas oportunidades, sino en todas, son obviadas. Así aparece una brecha muy
importante entre el arte de practicar y la traducción escrita de este arte. Si bien la escritura es
totalmente valiosa en lo que respecta a los nuevos conocimientos académicos, también
debería contribuir a saberes empíricos, los cuales son irremplazables para la interpretación.
Estos temas traen conflicto, ya que la rigidez profesional es la que hace escapar los matices
culturales que, si se borran, van en detrimento del arte de cuidar y, estos atributos son, los que
remarcan al ser humano como tal. Una cosa es practicar el cuidado del arte y otra escribir
sobre ese cuidado. Parece que cuidar en el sentido en que la palabra se utiliza hoy por el
lenguaje médico, se hace teniendo cada vez más a distancia a la persona que se cuida,
desinteresándola de su medio sociocultural, al punto de ignorar su realidad como ser social.
Un ser que funda vínculos en su vida cotidiana de forma permanente. Hay algo que no se tiene
en cuenta y justamente es que el ser humano es un ser de vínculos y, estos lazos quedan de
lado en las valoraciones que hoy se usan en la práctica hospitalaria.
El contexto es todo para cualquier ser vivo porque lo re-significa continuamente. Su contexto,
su hábitat marca sus hábitos, sus creencias, su forma de aprender. La enfermedad atraviesa a
la persona y forma parte de su historia, en cambio en el hospital el personal sanitario que se
encuentra en una institución, interpretar solamente de una manera, “la propia”, y la propia
interpretación siempre estará alejada de la otra persona Toda situación de cuidados es en sí
una situación antropológica

Excelente artículo, un llamado a repensar nuestras prácticas de cuidado,.