La empatía en oncología pediátrica: un puente entre enfermeras y niños 

Autor:João Luiz Dutra. Licenciado en psicología ,especialista en TEPT .

Email: contato@psicologodutra.com

Posadas;Misiones.Argentina

Octubre 2025

Cuando un niño enfrenta el cáncer, no solo se trata de una enfermedad del cuerpo. También aparecen miedos, preguntas y emociones muy intensas, tanto para él como para su familia. En este proceso, la enfermera oncológica cumple un papel clave: además de dar los cuidados de enfermería, puede crear una relación de apoyo y confianza basada en la empatía. 

¿Qué es la empatía y por qué ayuda? 

La empatía significa ponerse en el lugar del otro, comprender lo que siente y acompañarlo de manera cercana. Cuando una enfermera se comunica con empatía con un niño, no solo aplica tratamientos: también ofrece consuelo, seguridad y un espacio donde el pequeño se siente comprendido. Esto puede expresarse en palabras, gestos, una sonrisa, el tono de voz o simplemente en estar disponible cuando el niño más lo necesita. 

Efectos positivos de la empatía 

– Ayuda a reducir el miedo y la ansiedad del niño. 

– Genera más confianza y facilita que el niño colabore en el tratamiento. 

– Refuerza la fortaleza emocional y la esperanza. 

– Humaniza la atención médica, recordándole al niño que es más que un paciente. – Brinda también consuelo y apoyo a los padres y familiares. 

¿Qué significa ésto para las familias? 

Para los padres y cuidadores, comprender el valor de la empatía puede hacer una gran diferencia.

Algunas recomendaciones prácticas son: 

– Reconocer y valorar los gestos de empatía que las enfermeras ofrecen, ya que forman parte del tratamiento. 

– Practicar también la empatía en casa, escuchando al niño, validando sus emociones y acompañando con paciencia. 

– Crear un ambiente de confianza, donde el niño sepa que puede expresar lo que siente sin miedo.

– Recordar que la empatía también incluye a la familia: aceptar apoyo y permitirse momentos de descanso es fundamental para poder cuidar mejor al hijo. 

Conclusión 

La empatía es más que una actitud amable: es una herramienta terapéutica que transforma la experiencia del niño con cáncer. Gracias a ella, el tratamiento se vuelve más humano, se fortalece la esperanza y se crea un puente de confianza entre el niño, la familia y el equipo de salud. Por eso, la empatía no solo ayuda a sanar el cuerpo, sino también a cuidar el corazón.

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