“¿Le digo que tiene cáncer?”
“¿Y si se asusta?”
“¿Cuánto puede entender?”
Estas son algunas de las preguntas que muchas madres, padres y cuidadores se hacen al recibir un diagnóstico. La incertidumbre paraliza, y el deseo de proteger puede llevarnos, a veces, al silencio.
Sin embargo, los niños y adolescentes perciben más de lo que imaginamos. La ausencia de información muchas veces genera más miedo que la verdad.
Decir la verdad, con amor
Hablar sobre el cáncer no significa explicarlo todo de golpe. Significa construir un diálogo, sostenido en el tiempo, que brinde seguridad y permita expresar emociones.
Algunas claves que pueden ayudar:
- Usar palabras claras y acordes a la edad. Por ejemplo: “Hay células que no están funcionando bien y necesitamos un tratamiento para ayudarlas”.
- Validar los sentimientos. Frases como “Es normal estar triste o enojado” ayudan a abrir la conversación.
- Respetar los tiempos. No todo se dice en una sola charla. A veces, una pregunta espontánea puede ser el mejor momento para hablar.
- Ofrecer seguridad. Decir “Vamos a estar con vos en cada paso” transmite confianza, incluso cuando el camino es incierto.
Recursos para acompañar
Podés ayudarte con libros infantiles sobre salud, cuentos ilustrados, juegos de roles o dibujos. También existen técnicas como “dibujar el miedo” o imaginar un “superpoder” para atravesar el tratamiento.
Y sobre todo, recordá que no estás sola o solo. El equipo de Onkara puede acompañarte en este proceso de comunicación, con herramientas adaptadas a cada edad.
Hablar es una forma de cuidar. Y cuando hay confianza, hay fuerza para atravesar lo que venga.
